miércoles, 29 de febrero de 2012

LAS PINTURAS DE LAS MANOS EN LA PREHISTORIA

Un estudio indica que el 75% de las impresiones de manos frecuentes
en el arte rupestre pertenece a mujeres. Las impresiones están en todos los continentes y se realizaron de una forma similar durante miles de años desde la aparición de los humanos modernos. Manos grandes y pequeñas, esbeltas y toscas, aisladas o en grupo. Gente de todas las edades participaba en el rito, cualquiera que fuese. Apoyaban la palma contra la pared de la cueva y soplaban sobre ella el pigmento.
A juicio de muchos fue el primer intento realizado por el hombre para perpetuar una creación artística, no es muy frecuente en el mundo ya que, al menos en el continente europeo, solamente se encuentra en algunas cuevas españolas y francesas. Concretamente, existen improntas de la mano humana en las cavernas de Maltravieso, Atapuerca, El Pindal, Altamira, Santián, El Castillo y la Pasiega en España. Por lo que respecta a Francia, las hay en los siguientes sitios: Gargas, Tibirán, Ganties-Montespan, Trois-Freres, Le Portel, Badeilhac, Pech-Merle, Rocadour, Font-de-Gaume, Combarelles, Bernifal, Beyssac, Arachambeau, Cap Blamc, Sergeac, Bara-bahau, Baume-Latrone, Collias y Grotte du Bison, según la ultima compilación del abate Verbrugge en 1976. De todas estas cavernas, únicamente son importantes, por haber un numero apreciable de improntas (superior a 10), las El Castillo y Maltravieso en España y las de Gargas, Tibiran ? peche-Merle.

A las pinturas animalísticas en general se les ha dado el carácter de figuraciones o exvotos mágicos para propiciar la caza, y en esta interpretación coinciden gran número de autores. En cambio se dan las explicaciones más diversas para las impresiones parietales de manos.
Las huellas en positivo, mojando la mano en cualquier pintura y apoyándola en la pared, las puede hacer el más primitivo de los hombres; incluso pueden hacerse involuntariamente por un hombre o por un animal. Pero el vaciado de la mano mediante la colocación de este miembro sobre la pared, cubriendo la totalidad con pintura, y dejando al retirar la mano una bien marcada impronta de la misma, revela un cierto agudo ingenio y un atisbo de iniciativa técnica.
Pero a todo esto ¿qué son, qué representan o qué simbolizan estas huellas maniformes estampadas en la pared de una gruta? Aquí sí que puede decirse que existen tantas teorías como autores, aunque todas o casi todas ellas coinciden en atribuirles un característico mágico.


De todas maneras son muchos los pueblos primitivos de los dos últimos siglos que tienen la costumbre de mutilarse uno o varios dedos de la mano, como rito religioso algunos, otros como signo de tristeza por la muerte de seres queridos y otros en fin por causas supuestamente terapéuticas. Según Catlin en relación con los indios norteamericanos, como signo de iniciación a la pubertad y en sacrificio al espíritu del mal. Pero estas causas de mutilación que conocemos directamente por las manifestaciones de los indígenas, no nos explican el motivo que a veces les lleva o ha llevado a sus antepasados a perpetuar sus manos, mutiladas o no, por medio de la pintura.
¿Cuántas son las técnicas posibles? ¿de cuántos modos distintos pueden pintarse las manos en negativo? Nosotros hemos agrupado las hipótesis en tres ítems, de acuerdo a la opinión de los especialistas y a la convergencia de las vías metodológicas antes mencionadas:

a. Pulverizado directamente con la boca.
b. Pulverizado o soplado a travees de un canutillo, caña, hueso o intrumento similar.
c. Salpicado o estarcido con la ayuda de un hisopo, pincel o elemento embebido de pintura.